RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA MONTSERRAT EN MADRID

La Iglesia, declarada Bien de Interés Cultural en 1914, presentaba serios problemas de conservación en sus fachadas y torre, habiendo requerido incluso la actuación de los bomberos para evitar caídas de material a la vía pública de forma previa a nuestra intervención.

Se realizaron trabajos de restauración con la premisa de mantener todas las características originales de la construcción.

Destacamos :

• Los trabajos de consolidación y protección de cornisas e impostas mediante la incorporación de protecciones de plomo y zinc.
• Restauración de la cubierta de la torre mediante la sustitución de pizarras y restauración de grupos escultóricos de plomo.
• Destacamos los trabajos de estabilización de la fábrica de fachadas y el posterior revestimiento mediante la aplicación de revocos de cal,  siguiendo los criterios tradicionales tanto en los materiales empleados como en la ejecución.

UN PEDACITO DE NUESTRA HISTORIA RECUPERADA

la iglesia de Montserrat, ya hace mucho tiempo que no cumple con su costumbre diaria de tocar a medianoche sus campanas por el alma del rey Felipe IV.

Era la hora en la que los monjes benedictinos que lo habitaban se enteraron del fallecimiento del monarca, fundador del convento.

El templo, en pleno barrio de Conde Duque, pudo haber sido uno de los más grandes y majestuosos de la ciudad. 

Basta con mirar hacia arriba para darse cuenta de ello. Hasta los más despistados podrán observar que solo tiene una torre. La otra nunca se llegó a realizar.

Los monjes benedictinos castellanos expulsados del monasterio de Montserrat, en Barcelona, en 1640, crearon la iglesia de Montserrat.

Las obras se paralizaron en el año 1720 y ya nunca se terminaron. El diseño fue realizado por Sebastián Herrera Barnuevo.

Tras la Desamortización de Mendizábal, en 1836, la iglesia pasó a ser celda de mujeres y hasta salón de baile.

Los benedictinos volvieron a ocuparla en 1914. Ahora, aunque no suene las campanas a medianoche, los domingos a las doce, los monjes entonan cantos gregorianos.

Gracias a la intervención de Proiescon, esta iglesia de interés cultural desde 1914, puede ser visitada y observada casi con las mismas características de hace  tres siglos, gracias a la restauración realizada